Arliz Plasencia Fernández
El mal manejo del presupuesto estatal y de los procesos de mitigación de riesgos ambientales, caracteriza a la localidad de Santa Lucía, en la provincia de Pinar del Río, que durante décadas ha sido explotada para la minería intensiva.
De esta actividad surge en la década de los 60 la planta de producción y procesamiento de ácido sulfúrico, denominada Sulfometales. Precisamente la mina Castellanos dio lugar a la planta debido a que la pirita, uno de los minerales presente en este yacimiento, se emplea en la obtención del ácido sulfúrico.
En 2013 la mayor fuente emisora de contaminantes a la atmósfera en la región era esta planta de Sulfometales, emitiendo 18.02 toneladas de dióxido de azufre (SO2) al año, según lo publicado por el “Inventario de emisiones de contaminantes en las fuentes fijas de las zonas urbanas de Pinar del Río y Santa Lucía” (1).
El dióxido de azufre es el componente básico de la lluvia ácida. Las afecciones respiratorias y de la vista se encuentran entre las provocadas por este gas.
Otros gases emitidos por esta planta son PM25 y el PM10, siendo el primero más dañino al poseer partículas de menor tamaño, capaces de penetrar hasta los alvéolos pulmonares, provocando afecciones de las vías respiratorias.
Por su parte, los óxidos de nitrógeno (NOx), con una emisión anual de 2.16 toneladas a la atmosfera igualmente inciden en las vías respiratorias, fundamentalmente de los niños, a la vez que agrava la condición de los asmáticos, al disminuir su respuesta inmunológica frente a la enfermedad.
La irritación de las vías respiratorias y el agravamiento de los padecimientos cardiopulmonares son otras de sus nefastas consecuencias.
Otro de los gases contaminantes producto de la actividad minera es el monóxido de carbono (CO), cuyos efectos en la salud humana son: «el dolor de cabeza, la reducción del discernimiento mental, la disminución de la capacidad de la sangre para acarrear oxígeno, sobre todo en personas con afecciones nerviosas, cardiovasculares o pulmonares.” (1)
La contaminación ambiental generada por la actividad industrial de la empresa de Sulfometales ha imposibilitado incluso que los habitantes de Santa Lucía siembren en algunas áreas plantas y arbustos ornamentales.
Según investigaciones realizadas, en las áreas exteriores del reparto Frank País, zona en la que se encuentra ubicada la citada empresa, no se aprecian árboles ni otro tipo de plantas (2). Ello se debe a que cuenta con un suelo muy erosionado por la producción de ácido sulfúrico y la consabida presencia de azufre como producto final del proceso.
En su lugar, los pobladores han priorizado cultivos que apoyen su alimentación. De estas es más abundante la yuca, que según comenta a GUARDABOSQUES uno de los pobladores, tampoco es de una variedad que destaque por su calidad.
También es significativo el descenso en los gastos de inversiones para la protección del medio ambiente en la zona. Si bien en 2013 el total de gastos en este rubro fue de 3,8 miles pesos, en 2016 solo se invirtieron 1,9 miles de pesos, según el Anuario Estadístico de 2016 (3).
Traducida esta cifra en moneda libremente convertible, es posible apreciar lo risible de la cantidad, que asciende a apenas unos 791 CUC.

Santa Lucía
Ello ilustra muy bien la ineficacia de la legislación ambiental vigente. ¿Cómo es posible que un territorio que cuenta entre sus actividades económicas fundamentales con la explotación de un yacimiento a cielo abierto, con las consabidas repercusiones ambientales que ello conlleva, reduzca tan dramáticamente sus gastos en la protección ambiental?
Referencias
- Rodríguez Valdés, Dagoberto. “Inventario de emisiones de contaminantes en las fuentes fijas de las zonas urbanas de Pinar del Río y Santa Lucía”, en Revista Cubana de Meteorología, Vol. 19, No. 1, 2013
- Daily Ilieva Rojas González (2013) Características y composición del arbolado del consejo popular Santa Lucia, Minas de Matahambre, Pinar del Río, Revista Científico Estudiantil Vol. 1, No. 2 Ciencias Forestales y Medio Ambiente.
- Anuario estadístico 2016. Minas de Matahambre. ONE
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