Por Otari Oliva
La cuestión alimentaria hace mucho tiempo que dejó de ser un tema de producción y para pasar a ser un tema de distribución. Ignorar esto es lo que yo considero vivir alienado y hacer pseudociencia.
En efecto, la pseudociencia no es otra cosa que la práctica científica bajo el enfoque de la alquimia. Y la alquimia, bueno, ya se sabe, es producir oro con la esperanza de resolver un problema tomando como base un mal planteamiento el mismo.
La cuestión de los transgénicos no es ideológica, en efecto, sino una cuestión de dominación y de lógica de mercado. Y, en efecto, no se puede esperar que a ese tipo de » científicos» a quienes los encantan los negocios, este tema les importe un bledo.
En el fondo, su lógica, la de estos científicos, se basa en el aprovechamiento de una de las determinaciones básicas de la ciencia contemporánea, o sea, su incapacidad reconocida para producir verdad, sino meras aproximaciones estadísticas y consenso social mediante medios bastante oscuros.
Estos científicos y las empresas y corporaciones para las que trabajan han descubierto el beneficio de los debates interminables, a los cuales llaman, no sin cierto sentido del humor, procesos de esclarecimiento.
A disfrutar entonces de esa ciencia que nos habrá de llevar, por arte de laboratorio, a la tierra prometida.
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