¿Ponerle a las plantas nombrete?


Pedro Manuel González Reinoso

GUARDABOSQUES – No recuerdo dónde fue que lo vi, pero quedó registrado en mi mente como otro suceso inolvidable, mezcla incompleta de dolor con sorna, pero sin ubicación exacta. (Nuestro precoz Alzheimer es el responsable de demoler minuciosamente la ordinaria memorabilia).

Pasaba corriendo, metido en algún ómnibus irrecuperable por el lugar donde este “servicio” se ofrecía, mediando a cielo abierto el orondo cartel. No sé siquiera si todavía existe, si lo ofrecen corregido tras la alerta del vecindario. Pero da igual: fue un flashazo y ya.

GuardabosquesLo que sí sé es que evoqué los tiempos inciertos del maldito ciclón y otras crueldades atmosféricas que al Caribe arrasan en zorrunas épocas. Esas que nos dejan lelos y sin pelos, con ganas apenas de reírnos de nuestra cabrona suerte pos pateadura.

¿Sabrían del singular anuncio las autoridades regulares, displicentes y vigilantes, las que nada previeron cuando debían de hacerlo porque no recibieron la orden de desmochar?

¿O no contaban con materiales y dignidades suficientes como para competirles a estos cuentapropistas (in)útiles, pero ostentando flagrantes faltas de ortografía?

¿Habrían –los emprendedores del sitio “apodador”– recibido llamado a tiempo para renombrar las matas que lo ameritaban?

¿No sonaría hasta bonito intentar llamar al marabú aguacate? ¿Mágico además?

¿Habría sido diferente el destrozo del viento de contar con más iletrados deshojadores por todas partes?

Nunca lo sabré, pues sigo en Babia. E insisto en obviar exquisiteces y/o literalidades de la (mala) lengua.

Más bien por la savia.

Publicado por guardabosquesdecuba

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