No es fácil defender a los animales, pero se puede


Elsie Carbó

Dos sentimientos encontrados, eso tengo, uno de aprobación y otro de estupor. Nuestra tarea es de sacrificio, de rapiñar la comida en los mercados para alimentar a las camadas rescatadas, de buscarse problemas hasta con la familia, esa es la realidad que enfrentamos, quien no quiera verla, es su problema, nosotras, seguiremos luchando. Dos sentimientos encontrados, eso tengo, uno de aprobación y otro de estupor.

El primero porque los activistas por los derechos de los animales finalmente han sido escuchados, para empezar, pero el otro es de desconcierto al leer que un individuo se presentó en la reunión del Centro de Observación de Zoonosis diciendo que se llamaba Ricardo Bofil, y luego, en la otra celebrada ya en la dirección provincial de Salud Pública, cambió de nombre, para después marcharse, tal vez al verse descubierto.

Suponen ustedes, como me ocurrió a mí, que la escena es totalmente ridícula pues la mayoría de quienes acudieron a estos encuentros, primero en Zoonosis y luego en el Centro de Higiene y Epidemiología provincial, eran personas muy jóvenes que ni habían nacido aún cuando un tal Bofil, personaje opositor que actuaba contra el gobierno cubano amparado por los Estados Unidos fue desenmascarado.

Tal vez otras protectoras, no tan jóvenes, amas de casa o jubiladas que fueron hasta Arroyo Arenas a rescatar perros, lo supieran o recordaran la historia, pero por lo absurdo de la situación no habría razón para hacerse pasar por ese insignificante personaje, que de hecho sus actividades datan del siglo pasado.

Entonces, mi pregunta es, ¿qué objetivo tenía esta acción, que indudablemente estaba autorizada en una y otra actividad?

De ahí mi asombro y mi incomodidad, puesto que se desprende que podría tratarse de una rústica maniobra para comprometer las intenciones a espaldas de los proteccionistas, eso, por una parte, y por la otra, pondría de manifiesto la obsolescencia o decadencia con que creen que vigilan o protegen al Estado, cuando de lo que debía tratarse es de apoyar a las personas que sanamente defienden un criterio con acciones que benefician al país.

Y esto que afirmo no es muy difícil de corroborar si se toman el tiempo para, entre otras cosas, ir a visitar a las protectoras en busca de culpables y solo ven a mujeres trabajadoras o pensionadas tratando de darle abrigo a un centenar de animales abandonados a su suerte o enfermos en las calles.

Supongo que en los chequeos e investigaciones que se habrán realizado a tono con los sucesos y publicaciones en las redes, no habrán notado a nadie recibiendo ni pagos ni orientaciones foráneas, ni siquiera el más mínimo indicio de conspiraciones fraguadas al calor de los acontecimientos.

Aquí nadie es perfecto, desde luego, son voces múltiples y a veces discordantes como se palpa en los reportes, pero en ningún caso es para dañar con intenciones malsanas ni dobles raseros, nadie piensa en otra cosa que no sea en alimentar a los perros, en devolverlos a la vida, en buscarles adopción, en sanear la ciudad maravilla que todos amamos como cubanos.

Somos las mismas protectoras que firmamos para la libertad de Lula, las mismas que apoyamos a Evo Morales, las mismas que aplaudimos cuando inauguran nuevas viviendas para los damnificados, las mismas que odiamos el cabrón bloqueo.

Entonces, que se sepa que nadie quiere destruir a nadie, ni a los funcionarios que no escuchan, ni a los que ignoran las quejas de los implicados, ni a los que mienten ante las cámaras solo porque tienen el poder de los medios, aquí nadie es proteccionista con fines de lucro, nadie recibe salarios por eso, nadie se echa fresco, todo lo contrario.

Nuestra tarea es de sacrificio, de rapiñar la comida en los mercados para alimentar a las camadas rescatadas, de buscarse problemas hasta con la familia, esa es la realidad que enfrentamos, quien no quiera verla, es su problema, nosotras, seguiremos luchando.

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Publicado por guardabosquesdecuba

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