Colin Schultz
La abrumadora mayoría de científicos del clima, los organismos gubernamentales internacionales, los institutos de investigación relevantes y las sociedades científicas concuerdan en decir que el cambio climático es real, que es un problema, y que probablemente deberíamos hacer algo al respecto ahora, no más tarde. Sin embargo, por alguna razón, persiste en la mente de alguna gente la idea de que el cambio climático está en debate, o que el cambio climático no es gran cosa.
En realidad, no es «por alguna razón» que la gente está confundida. Hay una razón muy obvia. Hay un movimiento de negación del cambio climático muy bien financiado y orquestado por personas poderosas con bolsillos muy profundos. En un nuevo e increíblemente exhaustivo estudio, el sociólogo de la Universidad de Drexel Robert Brulle se adentró profundamente en la estructura financiera de los negadores climáticos, para ver quién sostiene las cuerdas del bolso.
Según la investigación de Brulle, los 91 tanques pensantes, organizaciones de influencia y asociaciones comerciales que conforman la industria estadounidense de la negación del clima tiran unos tímidos mil millones de dólares cada año, dinero utilizado para cabildear o influenciar al público sobre el cambio climático y otras cuestiones.
«El esfuerzo anticlimático ha sido en gran parte suscrito por multimillonarios conservadores», dice The Guardian, «a menudo trabajando a través de redes secretas de financiación. Han desplazado a las corporaciones como los principales partidarios de los 91 tanques pensantes, grupos de influencia y asociaciones de la industria, que han trabajado para bloquear la acción sobre el cambio climático».
«Así es cómo individuos o corporaciones adineradas traducen su poder económico en poder político y cultural», dijo. «Tienen sus ganancias y contratan a personas para escribir libros que dicen que el Cambio Climático no es real. Contratan gente para salir en televisión y decir que el cambio climático no es real. Resulta que las personas sin poder económico no tienen la misma voz que las personas con poder económico, por lo que se termina distorsionando la democracia.
El año pasado, PBS habló con Brulle sobre su investigación sobre el contra-movimiento del cambio climático. Su proyecto, dice Brulle, es la primera parte de tres: en el futuro, pondrá el ojo de manera similar en el movimiento climático y el movimiento ambientalista. Pero por ahora, el foco está en los negadores.
Ahora, lo que puedes ver en el movimiento en sí es que tiene dos raíces reales. Una está en el propio movimiento conservador, en el sentido de que se ve una gran cantidad de fundaciones conservadoras que habían estado financiando el crecimiento del movimiento conservador todo el tiempo, aparecen ahora financiando el contramovimiento climático. También se pueden ver fundaciones específicas de la industria que entran a comenzar a financiar el contramovimiento climático.
Así que es una especie de combinación entre la industria y las filantropías conservadoras financiando este proceso, y lo que hicieron fue tomar prestado una gran parte de la estrategia y tácticas que salieron de los esfuerzos de la industria tabacalera para evitar acciones contra el impacto a salud del tabaquismo.
Lo que ves es que las tácticas que utiliza este movimiento fueron desarrolladas y probadas primero en la industria tabacalera, y ahora se están aplicando al movimiento contra el cambio climático, y de hecho, algunas de las mismas personas y organizaciones que participaron en el la cuestión del tabaco, ahora también están involucradas en el cambio climático.
De aquí es de donde viene el dinero:

El movimiento de negación del clima es una poderosa fuerza política, dice Brulle. Tienen que serlo, también, para poder superar en la mente del público las opiniones de casi todos los científicos relevantes. Brulle:
Con el retraso y la ofuscación como sus objetivos, el Contra-Movimiento del Cambio Climático (CCCM por sus siglas en inglés) en los Estados Unidos ha tenido bastante éxito en las últimas décadas. Sin embargo, los actores clave en este conflicto cultural y político no son sólo los «expertos» que aparecen en el centro de atención de los medios de comunicación. Las raíces de la negación del cambio climático son más profundas, porque los esfuerzos de las personas han sido financiados y dirigidos por organizaciones que reciben apoyo sostenido de fundaciones y financiadores conocidos por sus compromisos generales con causas conservadoras. Para comprender plenamente la oposición a la legislación sobre el cambio climático, debemos centrarnos en los esfuerzos institucionalizados que han construido y mantienen esta campaña organizada. Al igual que en un espectáculo teatral, hay estrellas en el centro de atención, en el drama del cambio climático. Estos son a menudo destacados científicos contrarios o políticos conservadores, como el senador James Inhofe. Sin embargo, son sólo las partes más visibles y transparentes de una producción más grande. Apoyando este esfuerzo están directores, guionistas y, lo más importante, una serie de productores, en forma de fundaciones conservadoras. Aclarar la dinámica institucional del CCCM puede ayudar a nuestra comprensión de cómo el cambio climático antropogénico se ha convertido en una controversia más que en un hecho científico en los Estados Unidos.
Traducción al Español por GUARDABOSQUES.
http://www.cadtm.org/La-haine-contre-Greta-voici-ceux-avec-nom-et-adresse-qui-la-financent
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