Isbel Díaz Torres

GUARDABOSQUES – Los conflictos ambientales se han desatado particularmente en América Latina y el Caribe. En 2018, más de tres personas fueron asesinadas cada semana, con innumerables más criminalizadas, por defender su tierra y nuestro medio ambiente, según un informe de Global Witness.

Cuba no escapa de ello.

Es por eso que la región necesita el Acuerdo de Escazú, un tratado histórico que busca garantizar los derechos ambientales en América Latina y el Caribe, y proporcionar protecciones especiales para los defensores y defensoras de derechos humanos ambientales.

Hoy 26 de septiembre se cumple el primer aniversario de la apertura de firmas para el tratado en Naciones Unidas.

El instrumento pudiera implicar derechos que no tenemos aún en Cuba: acceso a la información, acceso a la participación pública y acceso a la justicia.

El Acuerdo de Escazú está diseñado para facilitar el acceso a información a casi 500 millones de personas, participar en procesos de toma de decisiones que afectan sus vidas y responder a poderosos intereses.

Los países de América Latina y el Caribe tienen una importante oportunidad de firmar y ratificar este histórico tratado. Hasta la fecha, 17 países han firmado el acuerdo: Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Guyana (ambos firmados y ratificados), Haití, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Vicente y Granadinas, Santa Lucía y Uruguay.

Sin embargo, once países deben ratificar el tratado para ponerlo en vigor y permitir que comience su aplicación.

El gobierno cubano y sus instituciones no lo han firmado aún, ni mucho menos ratificado. Tampoco sabemos cuál es la postura del gobierno de Miguel Díaz-Canel al respecto, pues la apertura para firmas se inició estando en mandatario cubano en Nueva York, sin que el mismo se pronunciara al respecto.

Guardabosques sigue insistiendo en que Cuba se comprometa legalmente con los principios refrendados en ese Acuerdo regional, promovido por la CEPAL.