Todo el que lleva luz, se queda solo

Isbel Díaz Torres

Hace unas pocas semanas el colega Ariel Ruiz Urquiola visitó nuestro Centro Social ABRA, en una de esas raras oportunidades que no está trabajando en alguno de sus increíbles proyectos. Hacía muchos años que no lo veía, aunque de vez en cuando me llegaban noticias de él.

Tuve el privilegio de conocerle desde que estudiábamos la carrera de Biología en la Universidad de La Habana. Siendo apenas un año superior a mí, Ariel me dio aquellos tiempos varias lecciones de qué cosa era hacer ciencia.

Si no cuento a Ángel Vale (quien fue casi coautor de mi tesis de pregrado), la única revisión concienzuda y rigurosa del documento final que presenté para graduarme como biólogo en el 2000 la obtuve justamente de Ariel, que no era mi tutor ni nada por el estilo.

También de él provino la idea de ir a trabajar a la Isla de la Juventud, verdadero trabajo de campo, mientras en el Jardín Botánico me cerraban las puertas.

Mucho aprendí de Ariel, sin que él lo supiera; sobre todo lo referido al rigor científico, cosa que casi nunca he encontrado después, en las instituciones estatales con que me he vinculado directamente.

Durante su reciente visita pude ver por mí mismo cómo se le encendía la mirada cuando hablaba de su casita en la punta de una loma en Viñales, de los avances y traspiés que ha debido sortear. Es una mirada escasa en muchas de las presentaciones que uno ve con frecuencia, donde alguien habla de su trabajo como de algo ajeno, impersonal.

A mi juicio, para Ariel, la ciencia no tiene nada de impersonal, pero sí mucho de responsabilidad cívica, decencia, involucramiento ciudadano, y urgencia ecológica.

Un proyecto verdaderamente integral

Allá, en Pinar del Río, bien lejos de la Universidad de La Habana de dónde lo expulsaron por temor a su palabra dura siempre cargada de verdad, Ariel y su familia quieren producir frutales y posturas forestales, pero no cualquiera, sino de especies maderables y preciosas certificadas genéticamente para reforestar la Sierra de los Órganos.

A pesar de los estratagemas de los militares disfrazados de campesinos que les asedian, ellos han logrado el más alucinante vivero con diversas variedades de plátano, aguacate, tamarindo, mangos Toledo, Reina de México, bizcochuelo, entre otras clases, ciruela china, hicaco, níspero, zapote colorado, canistel, anón, chirimolla, guanábana, cereza, guapén, fruta del pan, cocos indio, amarillo y verde, uva blanca, mamoncillo, y mamoncillo chino.

¿Pueden ustedes creer eso?

Pero no se detienen ahí. Han estado plantando café (para acopio al Estado) con sombra de cacao, como experiencia primaria en la zona, para la producción de chocolate.

Trabajan en la creación de un coto genético de ganado para mejorar la composición racial de especies en el municipio. Para ello disponen de algunas vacas raza pura Siboney para producción de leche, ganado equino raza pura QuarterHorse para garantizar movilidad y mejorar pie de cría de campesinos locales, así como pavos, pollos, patos, entre otros.

El proyecto de Ariel y su familia se enfoca también en reconvertir los pastizales existentes en la finca (con evidencias de degradación de suelo) en áreas más productivas de alimento animal, con la siembra de tres variedades de King grass, Leucaena, maíz y Moringa, provenientes de los institutos de Piensos y forrajes y Ciencia Animal. En ese empeño ya cuentan con un molino de caña y kinggrass, así como otros dos para semillas duras y para pilar arroz, lo cual incrementaría de forma eficaz el aprovechamiento de los pastos en la producción de pienso.

Además de esos objetivos principales para el uso de esa tierra adquirida legalmente en usufructo, el espacio también se convertiría en unafinca agroecológica de autoconsumo con uso de energía renovable para la producción de electricidad, biogás y fertilizantes orgánicos y ecológicos, que facilitarán la construcción de un organopónico.

Allí mismo tendrían una mini-lechería para la producción de queso con un máximo de 20 vacas.

Por otra parte, trabajarían en el mejoramiento del camino real que da acceso a la finca usando materiales propios, con un puente y alcantarillas que respeten el curso de arroyos y río intermitentes, facilitando el acopio de productos agroforestales.

También está en planes reconvertir un reservorio de agua naturaldentro de la finca denominada “El Palmar”, para el diseño e implementación de redes hidráulicas acorde con los requerimientos de los suelos y cultivos.

El proyecto además trabaja en la reproducción y multiplicación ex situ de especies en peligro de extinción, en particular maderables, a través de la creación de un vivero inteligente para la preservación de la diversidad genética e incremento de las poblaciones nativas.

A ello suman la vinculación de la conservación ex situ con la in situ mediante la restauración ecológica y la reforestación de áreas recuperables con posturas certificadas genéticamente en el Parque Nacional Viñales, así como con la protección del área de la cría extensiva de puercos de fincas vecinas (un grave problema que ha afectado al mismo Ariel), y la cacería indiscriminada e ilegal de aves canoras, jutías y caracoles con fines lucrativos.

De modo que todo ese trabajo se traduce en beneficios significativos no solo para Ariel, su familia, y los colegas que esporádicamente llegan a colaborar con el empeño, sino que se extendería la experiencia de una finca agroforestal sostenible a otros campesinos de la zona, para incrementar los niveles de rendimiento y acopio a través de modernas formas productivas que implicarán organopónicos y alimentos de calidad BIO.

Ariel desea crear un Jardín Botánico sobre la flora del Parque Nacional Viñales en honor a los entrañables científicos y profesores Armando J.Urquiolay Lutgarda C. González, con senderos guiados, para la instrucción de la población local y turistas nacionales y extranjeros sobre la flora y formaciones vegetales del Parque Nacional Viñales.

El proyecto pretende socializar el conocimiento científico y las tareas de restauración y reforestación a través de una estrategia de comunicación con los actores rurales (Cuerpo de Guardabosques, Parque Nacional Viñales, propietarios de fincas, y asentamientos rurales) en la Sierra de los Órganos. Además, se impartirían cursos formativos sobre biodiversidad, manejo sostenible de recursos renovables, así como de suelos y fuentes hídricas con énfasis en pobladores locales que puedan actuar en carácter dual como productores y guías.

Los perseguidores de cualquier nacimiento

Ariel y su familia han debido enfrentar el rechazo y la discriminación de autoridades locales y de miembros de la Seguridad del Estado, quienes asedian a estos ecologistas autónomos.

De nada han valido las denuncias realizadas por Ariel y su familia antes autoridades legales, y la situación ha escalado al punto que hoy el colega biólogo se encuentra injustamente detenido acusado de desacato, por los mismos violadores que han transgredido en más de una ocasión los predios de su finca agroecológica.

Para colmos, hoy hemos sabido que Ariel ha sido sentenciado a un año de cárcel, lo cual es la cosa más descabellada que puede suceder con un científico y ecologista de su nivel. La desproporción de la sentencia se debe a que, pasados los 6 meses, le quitan la propiedad de la finca, lo que parece ser el propósito de las autoridades.

La comunidad científica cubana debería manifestarse sobre este atropello, recalcando la trascendencia del trabajo de Ariel para la ciencia cubana y para la comunidad donde ahora se asienta.

Los ecologistas en la isla debemos unirnos en solidaridad con nuestro colega, más allá de matrices ideológicas o políticas. No solo para sacar a Ariel de prisión, sino para contribuir a la resonancia de un proyecto tan ambicioso e integral, del que muchos podemos nutrirnos.

Los ignorantes, los envidiosos, los asalariados de un poder oscuro que proyectan su mente insana sobre aquellos que hacen y construyen, deberían sentirse avergonzados. Les expondremos una y otra vez, cada vez que cometan una arbitrariedad. La impunidad no será eterna.

Dice Martí que “todo el que lleva luz, se queda solo”, lo cual no habla tanto de ese que se atreve, como del resto, los que miran en silencio cuando se cometen las injusticias.