Alejandro Cuervo
Otra vez el falso poder de un ser humano cada vez más insano hace que prevalezcan sus estructuras mentales sobre el regalo de la Naturaleza.
Esta vez, los árboles que rodean a la iglesia de Bejucal. Mañana será otro quien estorbe en la mente desbocada y paranoica de quienes tanto se han separado de sí mismos, que la ceguera no los deja ver cuánto nos maltratamos, y a la vida.
No quiero convertirme en inquisidor, sólo pido opciones, variantes que no acudan al asesinato.
Al final ha sido la hierba la que ha ocultado todos los insultos de esta especie incompleta.
Cada árbol es un Templo.
Ufff…Qué horror bellamente escrito!
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El ayuntamiento de Granada (España) y el de ¿Santiago? deben de ser del mismo partido el POA, el Partido que Odia los Àrboles.
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