Por José Raúl Gallego

Miren qué técnicas más sofisticadas tienen para entrenar a los cachorros de leones en Camagüey. Para «enseñarle» al animal a no bajarse de la sillita, le amarran una soga al cuello de manera que si se baja, se estrangula, hasta que luego de unos momentos lo sueltan.

¡Aplicación al 100% del método de Pavlov! ¡Creación de reflejos condicionados! Posiblemente la inventiva le valió a alguien hasta un premio en algún evento científico de base.

Y este es un espectáculo que pueden disfrutar todos los que pasen por la mañana cerca del Casino Campestre o los niños, que con sus padres visitan esta «opción recreativa» de la ciudad.

¡Cómo si no fuera poco con las malas condiciones de vida que tienen esos pobres animales!

Si se fijan en la parte derecha de la primera foto, verán una jaulita donde se pasan buena parte del día los tres leoncitos juntos, casi sin poder moverse.

¿Hasta cuándo el Parlamento -o el Consejo de Estado, que es quien más hace uso de las facultades legislativas- van a estar obviando la situación de los animales en Cuba?

En muchos países ya se han aprobado leyes que prohíben el uso de animales en los circos, precisamente por la crueldad que está detrás de los entrenamientos, y nosotros, nada.

Ni Ley de Bienestar, ni nada parecido. Muchas vallas de gallos, que es cultura.

Publicado en Facebook