Carta pública de El Guardabosques al periodista Lázaro Manuel Alonso

Estimado Lázaro:

Ha sido muy interesante tu programa El Tema en la revista matutina de Buenos Días, este lunes 12 de diciembre, sobre la problemática epidemiológica en Cuba y sobre todo en La Habana.

Quisiera, no obstante, compartir contigo una reflexión que pudiera ser útil.

Es casi una tendencia en los medios cubanos acercarse a las problemáticas sociales con un discurso que percibo como contradictorio. En específico, lo relacionado a eso que se ha dado en llamar “Indisciplinas Sociales”, término que viene a encubrir la primaria y esencial responsabilidad estatal en su gestión de estos problemas.

Y digo que es contradictorio porque, aunque he visto que en muchos de tus reportajes mencionas los incumplimientos, las violaciones, la no sistematicidad, y la insuficiencia en las acciones de muchas instituciones públicas, al final, como colofón de los reportajes, queda la gente común como principal responsable. Lo mismo pasa en Cuba Dice, por más que entrevisten a funcionarios.

Es mi criterio que tal manera de presentar la problemática (por ejemplo, de los microvertederos que asolan La Habana) en poco ayuda a su solución. Si bien las indisciplinas sociales existen, estas son reflejo de la indisciplina institucional. Un simple ejemplo: de poco sirve exigir a las personas que coloquen sus desechos en los tanques de basura, cuando no hay tanques de basura disponibles, o los disponibles están rotos y colmados, o simplemente, aunque estén totalmente desocupados, la población tiene la certeza que Comunales no vendrá a recogerlo en 15 días. Esa imagen del tanque vacío y la basura en el suelo no es una muestra de indisciplina social; es muestra de que Comunales visitó el lugar después de una semana, recogió la basura, y dejó la restante (la que no cupo nunca en el tanque) sin recoger. Es decir, otra muestra de indisciplina institucional.

Con esto no quiero decir que se deba renunciar a hacer un trabajo de educación cívica con las personas, e insistir en la co-responsabilidad sobre todas las problemáticas sociales; todo lo contrario, esta debe ser una prioridad. Pero no es posible que continuemos culpando a nuestra humilde y hasta desamparada población de las situaciones terribles donde está forzada a sobrevivir. Decir que “no es que Comunales no recoja la basura, sino que la población la bota en cualquier parte”, como djiste casi al terminar el programa este lunes, es mostrar poco cariño por nuestra gente, y aliarse con los verdaderos culpables. También es aliarse a ellos decir que “quizás no sean suficientes los cestos”; es decir, para la población, la contundente aseveración de su culpa, y para las instituciones un benévolo “quizás”, que relativiza su responsabilidad y da cabida a una opción de que “quizás sí sean suficientes los cestos”.

Sobre todo porque sabemos que no es así. Basta seguir el programa de Libre Acceso, donde sistemáticamente se presentan funcionarios de la capital y apenas pueden responder a las preguntas, reclamos, y denuncias de la población. Así de degradado está el sistema de recogida de basura en la capital, y así ha estado por décadas. La gente lo sabe. Y ese conocimiento también tiene su reflejo en insensibilidad e impunidad; pero no es posible olvidar la causa.

Lo más triste de la situación es cuando se entrevista a personas sencillas de pueblo, gente buena y valiosa, para que ataque a sus propios vecinos. La mayoría de las personas desconocen las instituciones involucradas y responsables, y la respuesta primera es culpar a los vecinos. Sería bueno preguntar a esos entrevistados qué hacen ellos cuando van a botar la basura y el tanque está desbordado (es decir, eso que hacen 20 días de los 30 días del mes). ¿Es que existe alguna opción que no sea colocarla fuera del tanque?

¿Cómo la gente pobre de Centro Habana maneja la deposición de los escombros? ¿Los subsidios cubren el pago de un camión para transportar escobros? ¿Cuál es el lugar estatalmente destinado para que tales camiones viertan los escombros?

Son miles de preguntas que no tienen respuesta, pero la gente tiene que reparar el baño, la cocina; tiene que enfrentar un derrumbe después de un simple aguacero de verano; tiene que hacer una ventana.

Entonces es triste escuchar o leer un email de un vecino con justa indignación por la situación, pero que lo único que puede ofrecer como explicación es culpar al vecino de al lado. Esa indignación debería canlizarse en más exigencia al Estado, responsable de garantizar muchas cosas que no garantiza.

Sé que los medios en Cuba no pueden publicar todo lo que desean los periodistas. Ese es otro debate. Entiendo las limitaciones donde deben hacer su trabajo. Pero yo preferiría renunciar a hacer crítica social, si lo único que puedo hacer es culpar a mi gente de su pobreza y sus deseperantes condiciones.

Espero que no sientas que esto es un ataque hacia ti. No lo es. Eres un periodista joven que he visto que intentas poner el dedo en algunas de las muchas llagas de nuestra sociedad, y eso es admirable. Solo quería compartir mi percepción contigo, y quizás pudiera aportar una nueva arista a tu propia percepción. No soy de los que creen que debe exigírsele a los periodistas que resuelvan los problemas que vivimos. Eso es asunto de las personas y las comunidades. Pero sería tan provechoso que nos ayudaran.

Recibe un saludo,

Isbel Díaz Torres

Proyecto El Guardabosques. Una alternativa en acción y comunicación ambiental.