Cuba reconoce la desalización del agua de mar como una alternativa para enfrentar el complejo escenario de sequía por la cual atraviesa el país. Aparejada a la planta que se instala en Santiago de Cuba, se prevé colocar otras cinco en Guamá, perteneciente a este territorio oriental.
Según directivos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, en el plan correspondiente a 2017, se contempla el montaje de equipamientos similares en el municipio capitalino de Guanabo, y en Cautocristo, en Granma; mientras están previstas otras dos en polos turísticos de Villa Clara y Cayo Coco en Ciego de Ávila.
Entre los once programas desarrollados por ese organismo destacan los asociados a las mejorías de las redes de abasto y saneamiento, la construcción de trasvases, plantas potabilizadoras y de tratamiento de residuales, la perforación de pozos, y la gestión integral de las cuencas hidrográficas.
Hoy se pierden, en la conducción del preciado líquido, cerca de 3400 millones de metros cúbicos de agua, de los cuales 1600 son recuperables, a través de diferentes acciones.
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