Por Carlos Fraguela
Entre los sistemas ecológicos más complejos de la naturaleza un pequeño detalle son los manglares. En la ciudad de La Habana existen algunos ejemplos de estos complejísimos y hermosísimos espacios, refugio temporal o permanente de una gran parte de nuestra fauna y afectados por la contaminación que produce la acción del ser humano.
Me gusta visitar estas áreas, y en los últimos tiempos me ha empezado a molestar cada vez más el aspecto que muestran. Bolsas de polietileno, sacos de nylon, y todo tipo de recipiente u objeto desechado y lanzado a las vías de agua o alcantarillas, y ahora enredado en las ramas de estos árboles o en las ramas de corales en la costa.
De vez en cuando alguna marejada arroja parte de la basura que flota y la deposita en la costa. Las ramas son como un filtro que traba y captura parte de los desechos que afean el paisaje.
Aunque los árboles son muy resistentes, las especies animales que viven aquí son algo más frágiles, y si no se protege lo que queda muy pronto se hará más larga la lista de extinciones.
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