Ampliación del Sevillano con sus arroyos de basura


Por Jimmy Roque Martínez

La corrupción es una de las causas por las que la recogida de desechos sólidos en la capital cubana es, desde hace muchos años, un problema sin resolver, pero la prensa oficial no acaba de enterarse, y sigue culpando al pueblo, “indisciplina popular” le llaman.

La falta de recursos es real, pero también lo es el robo del combustible y el uso de camiones encargados de la recogida de la basura para tareas ajenas a esa. Por otro lado, muchos de los nuevos negocios privados pagan a los trabajadores de Comunales para que prioricen sus zonas en la higienización.

¿Si no, cómo justificar que luego de denuncias en Alamar, fueran sustituidos de sus puestos todos los funcionarios de Comunales en ese reparto? ¿Y cómo se entiende que con los mismos recursos se revertiera la situación, al menos, por unas semanas?

La TV ha realizado varios reportajes sobre el tema, pero sin profundizar en todas las causas de esa crisis higiénica, por lo que en la mayoría de las ocasiones terminan responsabilizando a la población con mayor fuerza.

¿Será tan difícil darse cuenta?

Vecinos de sitios periféricos de la ciudad en varias ocasiones contactan al colectivo ecologista El Guardabosques para denunciar la situación de extrema insalubridad en que viven. Por ejemplo, hace poco fui llamado desde Los Pinos, en el reparto Ampliación del Sevillano, municipio de Arroyo Naranjo.

En ese reparto no existen contenedores. En algunos sitios se colocan las bolsas plásticas con los desechos en las afueras de las viviendas, hasta que un coche tirado por caballo pasa a recogerlas, generalmente días alternos.

En otras zonas más adentradas del reparto el coche no accede, por lo que muchos vecinos, como Saldívar, de 65 años, deben caminar 10 cuadras para botar los desperdicios de sus viviendas, en un micro-vertedero en la calle.

Según me explicó El Prieto, en la Zona de Comunales, “Esa zona no es de contenedores, es de coches de caballos.  Los carros colectores no entran a los repartos acá en Arroyo Naranjo. Acá está comprobado que lo que la población bota diariamente no llena los contenedores, que tienen capacidad para 20 metros cúbicos de basura”.

En nuestra entrevista, El Prieto no supo explicar cómo se tomaba la decisión de no colocar los contenedores, mientras, según apreciamos, existen cuadras con varios metros de basura vertidos en el suelo, ante la falta de depósitos donde colocarlos.

Pedro, vecino de un vertedero del reparto, cercano a la escuela primaria Sierra Maestra, nos comenta que “el camión que pasa a recoger la basura que permanece botada en la calle lo hace una vez al mes, y a veces demora más de ese tiempo”.

“No obstante, no siempre logra llevársela toda, pues en ocasiones llega a ser tanta que por esta cuadra solo puede pasar una bicicleta, al estar la calle cubierta de inmundicia”, dice Pedro, quien aclara “ahora le puede parecer mucha, pero en realidad hay menos de lo habitual”.

Se trata de una cuadra por donde transitan muchos niños hacia la escuela, que está a menos de 30 metros de allí. Pedro comenta que cuando hay viento, muchos desperdicios y el polvo penetran en las viviendas cercanas.

Los residentes de Ampliación del Sevillano no tienen respuestas de sus funcionarios locales. Ni Pedro ni Saldívar saben dónde vive el delegado de la circunscripción, y tampoco saben cómo solucionar la problemática que tienen.

Los burócratas cubanos no sienten que están obligados a rendir cuenta de sus gestiones y el manejo de los recursos a los ciudadanos. Por ahí comienza el error de este y casi todos los males del país.

La presión ciudadana debiera convertirse en una herramienta eficaz de lucha contra la corrupción y los autoritarismos.

Publicado por guardabosquesdecuba

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